Añoranza - Capítulo 62
-De nuevo le agradezco el haberme concedido una cita con tan poco tiempo de antelación, señora Elroy.
-Debo confesarle que me
sorprendió mucho su llamada, Duque Grandchester. Pero no tanto como enterarme de
que el hijo de Candy sea su nieto. Disculpe mi franqueza, pero, ¿ésta usted
seguro?
-Completamente. Debo confesarle
que al principio yo también tuve mis dudas, la situación en que ocurrieron los
hechos no me inspiraban mucha seguridad, y sobre decir que jamás estuve de
acuerdo en la… dispar relación de mi primogénito con esa chica. Pero ahora que
he conocido al niño, no me cabe la menor duda de que es un Grandchester,
comprenderá, señora Elroy, porqué estoy
tan consternado por el hecho de que William Andrew vaya a reconocer a Terrence
como…¿cuáles son específicamente los planes que William tiene para con mi
nieto?, ¿planea adoptarlo?, ¿o reconocerlo como su nieto?
-No lo sé con claridad Duque,
William no es muy afecto a explicarme nunca cuáles son sus intenciones,
sencillamente me exigió que organizara esta fiesta para presentar “al miembro
más joven de la familia Andrew”
-Eso quiere decir que planea
darle el apellido.
-Tal parece que esa es su
intención.
-No se ofenda señora Elroy,
aunque los Andrew son una familia muy encumbrada y merecen todo mi respeto,
estará de acuerdo en que el apellido Andrew no está a la altura del
Grandchester. Es decir, el apellido Grandchester está ligado a un título
nobiliario que proviene de generaciones. Hace años desheredé a mi hijo, por lo
tanto mi nieto es el heredero directo del título, un privilegio que William
Andrew jamás podrá igualar.
-Lo comprendo, Duque, créame,
pero…
-Lo más importante, señora Elroy, es que ese niño, no es un
Andrew.
-Eso lo sé perfectamente, y yo
soy la primera en mostrar mi desacuerdo con todo esto, pero, cuando se trata de
Candice, William jamás escucha razones.
-Precisamente por eso señora
Elroy, le conviene ayudarme. William Andrew está enfermo…
-¡Esos son solo mal intencionados
rumores!
-De acuerdo, pero rumores o no,
que el patriarca de los Andrew pueda… quedar imposibilitado para dirigir ésta
familia, una posibilidad terrible, pero que
podría presentarse en cualquier momento. Candice y mi nieto serían sus únicos herederos
en el caso de que ocurriera semejante desgracia. Piénselo un momento, señora, conociendo
a Candy, ella sería capaz de dilapidar toda la fortuna de los Andrew entre los huérfanos
y desamparados o peor aún, ¡con mi hijo! Permítame llevarme al niño, yo me
encargaré de criarlo y educarlo de acorde a su alcurnia, finalmente es mi
nieto, pero no es nada de la familia Andrew.
-No creo que Candy esté de
acuerdo.
-Ni tiene por qué estarlo,
estamos hablando de los mejores intereses para cada familia, no de la opinión
de una muchacha estúpida que ha demostrado en más de una ocasión, que en sus
decisiones, nunca tiene en cuenta lo mejor para ésta familia, ni siquiera, para
su hijo. Lo único que pido es su respaldo, Señora Elroy. Dígale a Candy que
esto fue decisión tomada por William y ella no podrá objetar nada al respecto.
-Entiendo, Duque, y puedo darme
cuenta que dicha decisión favorecería ampliamente los intereses de usted, pero
sigo sin ver en qué pueda beneficiar a mi familia todo esto. Aun quitando al
niño de en medio, Candice sigue siendo hija de William y por lo tanto, la única
heredera de la fortuna Andrew.
-Llevarme a mi nieto significará
quitarle una distracción más a William, tal parece que ahora se está
encaprichando con él. Y con respecto a Candice, ¿me permite hacerle una humilde
sugerencia, señora Elroy?
-Le escucho.
-Cásela con alguien de la
familia. Algún primo lejano, o tío, que se yo, finalmente, ella no tiene lazos
consanguíneos con ningún miembro de la familia. Pero necesita ser alguien que
pueda controlarla y sobre todo, que sea
de su entera confianza, señora. El objetivo será asegurar que la fortuna de los
Andrew permanezca dentro de la familia.
-Pero su hijo, el padre del niño,
¿no objetará?
-Tal vez, pero Terrence se
distrae con mucha facilidad, bastará unos cuantos meses para que encuentre
alguien más en quién interesarse. Además, yo tendré a su hijo, lo cual
significa que Terrence deberá comportarse y acatar mis estatutos, si es que
pretende volver a verlo. Probablemente, termine por regresar a Inglaterra y
entonces todo recuerdo de Candice quedará olvidado para siempre.
-Me parece, un estupendo plan,
Duque.
-Pero debe llevarse a cabo lo más
pronto posible, y al mismo tiempo. Así que usted debe decidir quién se casará
con ella cuanto antes.
-Creo conocer al candidato
perfecto.
-Es muy raro que Neal haya sacado
a bailar a Candy, ¿no crees Archie?
-Ya no sé qué creer, Annie.
-¿Por qué lo dices?
-Alguna vez Terry me insinuó que
Neal estaba interesado sentimentalmente en Candy. No lo creí, digo, Terry se
encela de todos y Neal, siempre ha…despreciado y humillado a Candy desde que
éramos niños, pero ahora la idea de Terry no me parece tan descabellada.
-¿Entonces crees que Neal en verdad
esté enamorado de Candy?
-Enamorado no podría asegurarlo,
pero interesado, puede que sí. Piensa en esto Annie, es de todos sabidos que
los Leagan ya no son la familia tan adinerada que fueron en otros tiempos, las
cosas en los negocios no han ido bien últimamente, y, por otro lado, Candy es
la principal heredera del abuelo William, es su única hija, adoptiva sí, pero
su hija y legalmente la heredera. Neal y Eliza no tienen escrúpulos, son
ambiciosos, egoístas, y capaces de lo que sea por no perder sus comodidades.
-Entonces tú crees que todo éste
se trata por puro interés económico.
-Es lo más probable, Annie.
¿Quién lo diría no?, que la chica que trabajó como mucama en su casa y dormía
en los establos, hoy sea el mejor partido para Neal.
-Pues no creo que Terry le haga
muy feliz eso. Se nota bastante molesto.
-Terry… no sé a qué vino. Siempre
que Candy y él están juntos parecen una bomba de tiempo.
-¡No puede ser, ya están
discutiendo! Y todos los invitados los están viendo. ¡Tenemos que hacer algo,
Archie!
-¡Vamos Annie, date prisa!
-¡Contéstame!
-¿Cuáles…? No sé de estás
hablando, Terry y ya te dije que yo no tengo por qué darte explicaciones.
¡Suéltame!
-¡No finjas que no entiendes de
lo que te estoy hablando! Ese idiota lleva meses buscando la menor oportunidad
para acercarse a ti, lo que no entiendo es que tú…
-¡Terry que gusto que estés
aquí!, pero permíteme robarte a Candy un par de minutos para bailar con ella, me
lo había prometido, ven Candy, -Archie tomó a Candy de la mano y la llevó de
vuelta al centro de la pista - por los viejos tiempos.
-Candy no he terminado…
-Terry, ven, ven. Baila conmigo
por favor, tranquilízate, están llamando la atención de los invitados. Deja
también que Candy se tranquilice.-Terry comenzó a bailar con Annie, pero su
mirada seguía puesta en Candy-Terry, no debiste de haber venido.
-Annie, ¿tú sabes algo sobre el
interés de Neal en Candy?
-Yo no…
-Dime lo que sepas.
-En verdad que no sé nada, Terry.
A mí también me sorprende tanto como a ti la actitud tan cambiada de Neal.
Aunque, bueno, Archie tiene un teoría.
-Dímela.
-Cree que el interés de Neal no
es por qué esté realmente enamorado o nada que se le parezca, sino porque Candy
y, bueno, Alex, son hasta el momento los únicos herederos del abuelo William, y
como ahora se rumora que él está enfermo, pues toda la fortuna, o al menos la
mayor parte, pasaría a manos de Candy.
-¡Claro! Suena mucho más lógico
viniendo de semejante inútil. Annie, disculpa que te deje, pero tengo que
resolver algo urgente. Adiós
-Terry, Terry, no espera no vayas
a hacer nada...es…
Archie la miraba a la
expectativa, pero Annie solo hizo un gesto de impotencia con sus manos que
indicaba que todo iba de mal en peor.
-Neal, tú y yo afuera, ahora.
-Neal no tiene por qué ir contigo
a ningún lugar, de seguro estás ebrio como es tu costumbre.
-Estoy hablando con tu hermano
Eliza, no contigo, así que por favor ya basta de entrometerte en mis asuntos.
-¿Cómo se atreve a hablarle así a
mi hija? Esa es la forma correcta de hablarle a una dama. – gritó indignada la
señora Leagan.
-¡Jajajaja!, señora por Dios, su
hija ha hecho cosas tan ruines y bajas que no es digna de llamarla “dama”. No
es más que una asquerosa víbora venenosa.
-¡No voy a permitirle que ofenda
de esa forma a mi hija!
-No te preocupes madre, no me
ofende. Yo sé quién soy y que estoy muy por encima de este tipejo. Tendrás
alcurnia y aristocracia, pero nunca has sabido cómo comportarte Terry. Los
Leagan tenemos mucha más clase que tú. Tanto así que Candy ahora prefiere a mi
hermano, que a ti. Y es eso lo que te duele.
-¡Eliza por favor no lo provoques
más! – Le suplicó Neal a su hermana.
-Neal, afuera, ahora ¡O TE SACO A
RASTRAS!
-¡Suelte a mi hijo!
-Disculpe. Señorita Eliza, Señor
Neal, la tía abuela los requiere con urgencia en su despacho – le informó el
solícito mayordomo.
-Neal no puede ir en este
momento, tiene un asunto que atender.
-Discúlpeme señor Grandchester,
pero en esta casa, la palabra de la tía abuela es Ley, y si ella los necesita
en este momento, los señores Leagan deberán de partir en este preciso instante.
Candy bailaba con Archie mientras
observaba como en una esquina del salón, Alex abrazaba a Terry mientras le
dedicaba las más espléndidas sonrisas, demostrando en su mirada cuánto amor sentía
por él. Candy pensaba que no se merecía dicho gesto tan hermoso, pero había
decidido hacerles caso a sus amigos y no propiciar un escándalo en plena
fiesta. Mientras bailaba, ignoraba por completo la maquiavélica reunión que se
efectuaba en el despacho del piso superior. La señora Elroy, El Duque
Grandchester, Eliza y Neal eran los únicos asistentes. Todos sonreían
satisfechos, tal parecía que los acuerdos llegados en dicha junta beneficiarían
a todos.
A todos menos a Candy.
-¿Entonces Neal?, responde,
¿estás interesado en casarte con Candy?
-¡Por supuesto que lo
está!-intervino Eliza, ante un Neal que había quedado boquiabierto y sin
palabras con semejante proposición- Y sumamente agradecido por la confianza que
le tienes Tía abuela.
-Te llevarás una gran dote muchacho-dijo
el Duque que seguía presente en aquella despreciable reunión- además de mi eterno
agradecimiento, que podrás canjear por cualquier favor en el momento en que lo
necesites.
-Entonces – expresó Neal bastante
nervioso - debo…umjum, ¿debo proponérselo a Candy?
-Proponértele le haría creer que
tiene una oportunidad, y ella no la tiene. – Sentenció la Tía abuela- Todo esto
se manejará como orden expresa del Abuelo William, la cual Candy deberá acatar
sin ningún miramiento, esté de acuerdo o no.
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